Si el vinilo que has elegido es muy grande o necesitas hacer tu propia composición para adaptar el diseño a tu pared, recorta los dibujos por separado para colocarlos donde tú quieras.
El vinilo tiene un papel protector semitransparente por la cara superior, y un papel base blanco por la cara posterior. Retira el papel base y coloca tu vinilo en la pared con el protector.
Una vez colocado en la posición deseada, presiona con una tarjeta plástica desde el centro hacia los extremos para garantizar una perfecta adherencia y eliminar las burbujas. Si alguna no la puedes quitar, pínchala con una aguja.
Poco a poco y con cuidado, despega el papel protector lo más cercano a la pared posible. ¡Y listo!